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La mujer que recibió el CV manuscrito y lo hizo viral: “No soy una heroína, hice lo que debía"


Eugenia López, “el angelito” de Carlos Duarte, había subido a las redes el currículum del joven y lo ayudó a conseguir trabajo.


El viernes 21, un día común y corriente, en el local de Bonafide, de la céntrica 9 de Julio de la ciudad de Córdoba, Eugenia López de 40 años, encargada del mostrador, recibió el C.V. manuscrito de un muchacho que estaba buscando trabajo. Él mismo reconoció haberlo entregado así porque no tenía un centavo, historia que conmovió a Eugenia sobre lo que le había ocurrido y aceptó el manuscrito de Carlitos.


Carlitos Duarte es un joven cordobés de 21 años, que recaló en el local comercial para pedir trabajo. Sinceramente, no esperaba demasiado y mucho menos cuando cinco minutos antes, una señora de otro comercial se ofendió y rechazó la “hojita de cuaderno” con sus datos personales, diciéndole: “¡Como me vas a entregar eso!”.


Euge dice que la vida le “hizo un guiño”, pero, a la vez, está muy sorprendida por todo lo que generó con el posteo de la foto del CV manuscrito que le había tomado antes de salir del trabajo para luego leerlo en su casa y publicarlo en su cuenta de Instagram. Pero su “posteo” inocente, sin intenciones más que de obtener un puñado de “me gusta” fue el puntapié inicial de una bola incontenible de repercusiones positivas.


Entendió bien lo que sucedía cuando pasada la medianoche del sábado recibió un inesperado llamado del propio Carlitos, aún más perplejo por todo lo que estaba sucediendo con su austero manuscrito en las insondables redes. Euge contó que Carlitos le dijo que estaba muy agradecido y que no podía creer que haya guardado su CV para luego difundirlo por Instagram. Eugenia contó que cuando vio su currículum con una letra tan prolija, tan perfecta, le dijo a su jefa: “Por favor, hagamos algo por este pibe, se merece un laburo”.


No se cree ninguna heroína, tampoco piensa que Duarte le debe algo, ni muchos menos siente celos por ver a Carlitos haciéndose famoso en Córdoba. Subraya que lo de ella pasa por otro lado. “Yo recibí agradecimientos por todas partes, bendiciones, mis hijas están orgullosas y lo más movilizante es que, para mi mamá Rosa, que no está atravesando el mejor momento de su vida, esto fue como una caricia al alma”, dice la empleada de Bonafide, quien trabaja desde hace un año en ese local y recibió las felicitaciones de los jefes.


Finalmente, Carlitos pudo conseguir el tan ansiado trabajo (el jueves comienza en una fábrica de vidrios), que llena de satisfacción y felicidad a Eugenia de haber podido ayudar a un chico que buscaba simplemente un trabajo.

 
 
 

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